21 febrero 2017

"Igualdad de oportunidades", la coartada.

Hablar de igualdad de oportunidades dentro de las sociedades capitalistas es un chiste.

Trabajar para que los más desfavorecidos, los que se encuentran en el nivel más bajo de la estratificación social, tengan igualdad de oportunidades es un sin sentido y un acto de ingenuidad que muchos practicamos de una manera u otra, arrastrados por un discurso insertado que todos aceptamos como válido.

De vez en cuando, conviene hacer un alto y revisar si lo que damos por válido está realmente fundamentado o simplemente nos hemos dejado llevar por la aceptación colectiva de determinadas ideas, que en un principio parecen completamente legítimas y correctas.

La idea que dio pie a lanzarme a escribir este post, que no es más que un ejercicio de pensar y ordenar las ideas, fue la "sospecha" de que de alguna manera, con eso de la igualdad de oportunidades, estábamos dando legitimidad a la desigualdad, a la estratificación, poniendo en valor una determinada "justicia social" apoyada en una falsa meritocracia, que permite el movimiento social de una clase inferior a una superior. 

Se trata del ideal en el que, en igualdad de condiciones, todos tenemos las mismas posibilidades de ascender dentro del modelo de estratificación social. Ideal rima con irreal.

La lucha por ofrecer igualdad de oportunidades, por ejemplo, a niños nacidos en el seno de familias situadas en los niveles más bajos del sistema de clases, no es otra cosa más que adoctrinar (inconscientemente) con los valores dominantes de nuestra sociedad, creando futuros sujetos pasivos capaces de auto-evaluarse, desde premisas capitalistas inculcadas, aceptando que se es responsable y culpable directo de una posible situación de pobreza y precariedad laboral, aceptando la explotación practicada por las élites.

El sistema da por hecho que le ha proporcionado, al sujeto, el acceso a la educación, ayudas sociales en temas de vivienda, alimentación, etc... Si no ha sido capaz de salir del pozo en el que nació, la responsabilidad es del sujeto, el sistema le facilitó todas las herramientas para facilitar la movilidad y ascenso social. Es decir, el sistema, ha proporcionado igualdad de oportunidades... y el sujeto lo percibe así.

Podría ser esta, una hipótesis (refutable o no) sobre como la igualdad de oportunidades legitimaría la desigualdad y por tanto daría estabilidad al sistema de clases. Lejos de crear un sentimiento de clases oprimidas, se genera un sentimiento de asunción, de culpa, de me lo merezco.

A su vez, los ocupantes de niveles superiores, tienen el convencimiento de que su estatus es el resultado de su esfuerzo y de su saber hacer. Se genera pues, la idea de que los pobres además de pobres, son indignos, responsables de su propia desgracia, y estos lo asumen y miran con admiración y respeto hacía esos que los dominan.

¿A que se da ayuda social por parte de las instituciones (aparatos del estado)?  ¿A paliar la desigualdad o a establecer estructuras que den estabilidad al conjunto dominado por las élites?


En serio, sin acritud, pregunto ¿de verdad nos creemos que podemos crear un "juego" en el que todos partimos con las mismas fichas en el inicio de la partida? y digo podemos, no que se esté ni siquiera un poco lejos de estar consiguiéndolo.

¿De qué va en realidad esto de luchar por la igualdad de oportunidades?

¿Quién vive de ello y a quiénes o a qué garantizamos estabilidad?

Y:

El tercer sector ¿no sabe o no quiere cambiar el modelo? (léase acabar con la desigualdad)

Uno llega a la conclusión de que NO quiere. (Solo se ocupa de los cuidados paliativos)

Obvio que no conozco el funcionamiento de cada una de las entidades del Tercer Sector, pero si hay información pública suficiente, para saber como funcionan en lo organizativo y en lo económico las que acaparan el porcentaje mayoritario de actividad.

En ellas se ve, una estratificación interna (en sus organigramas) de estructura piramidal (como en la sociedad "no igualitaria" contra la que supuestamente luchan).

En la base de esa pirámide, tenemos a los trabajadores menos cualificados, con nula capacidad de decisión e influencia en la entidad, son "simplemente" los ejecutores de la acción social, poco relevante, poco importante ¿No?, prescindibles ¿No...? Quizás, eso sí, fácilmente sustituibles. (Como sucede con la mano de obra barata, que proporciona la clase baja del sistema de estratificación social capitalista)

En la cumbre de la pirámide o organigrama de la entidad u organización, tenemos a la dirección, comité de dirección, órgano de gobierno, director general, o como se le quiera llamar en cada caso, el punto más alto de la estratificación interna, el punto álgido en el organigrama de la entidad, lo análogo a la clase alta del "organigrama" de la sociedad capitalista.

Al igual que en el sistema "no igualitario" capitalista, contra el que luchan estas entidades, buscando "la igualdad de oportunidades" para todos, la pirámide tiene varios niveles, y la posición del sujeto en ella determina su salario, es decir, las entidades a la hora de distribuir las "recompensas-salarios", aplican en su propio gobierno, el mismo criterio que las sociedades-empresas capitalistas, cuanto más alto estas situado en la pirámide, más cobras.

Alguien puede decir,

"pero en las entidades del tercer sector, la diferencia entre el salario más bajo y el más alto es insignificante",

y puedo decir que en algunas es así (las pequeñas) y rotundamente no lo es en las grandes (las que acaparan la mayor parte de la actividad del sector).

A modo de ejemplo, una entidad muy conocida, de gran dimensión y que hace una gran labor (no se cuestiona eso en ningún momento), la diferencia entre el salario más bajo, Auxiliar educativo (16000€), y el del Director general (39.500€), se sitúa en los 23.500 € anuales.
Este dato lo encontramos en el respectivo convenio, pero si consultamos los ingresos anuales de los órganos de dirección, incluyendo dietas y "otras remuneraciones", se pasa de los 39.500€ a los 66.000€ anuales, es decir 50.000€ superior al salario más bajo.
Algunas entidades (hablamos, en general, de grandes fundaciones), en sus memorias (públicas), en un acto que las delata, al lado de los salarios de la alta dirección, indican lo que cobrarían con ese mismo cargo en cualquier empresa ajena al Tercer Sector (¿como atenuante del "delito"?), obviamente cobrarían cifras más vergonzantes aún.

Entonces, retomando el hilo inicial, lo del chiste de la igualdad de oportunidades, si realmente nos lo creemos y luchamos como organización, como sociedad, por conseguirlo, convencidos de que no, que no es un chiste, que va en serio, entonces no pongamos PIRÁMIDES en el tercer sector. Luchar contra la desigualdad con pirámides, NO se sostiene.

Cuantifiquemos las recompensas-salarios por las horas que se dedican, y que todo sujeto que se suba en este barco lo haga con el compromiso de dar lo mejor de sí en cada una de esas horas que dedique, independientemente del trabajo que desarrolle, porque sin su trabajo, la "acción" no sería posible.

Si hay un objetivo claro de cambio social, y no nos hacemos trampas al solitario, los objetivos individuales no caben en un lugar sin PIRÁMIDES.

¿Vale menos una hora de trabajo de un educador social, en primera linea de fuego, que la de un miembro de un comité de dirección de la Fundación X?

Hoy por hoy, la realidad es que el Estado es una estructura que se encarga de asegurar que la desigualdad se mantenga en el tiempo, y el Tercer Sector forma parte del juego, es un elemento necesario para el mantenimiento de la estabilidad y equilibrio (desequilibrio, en realidad), también, claro, juega un importante papel como analgésico (necesario) a los problemas que sufre mucha gente, sin duda, pero ¿es eso o solo eso?

La crítica es fácil, dar soluciones ya es otro cantar, pero el primer paso hacia la solución (de haberla...) es ser conscientes del problema, y lo que está claro es que de las clases altas no va a brotar la generosidad de compartir sus privilegios y recursos con aquellos que les exigen ese acto, en su fin de conseguir sociedades más igualitarias.

¿Brotará la generosidad en las partes altas de las PIRÁMIDES del Tercer Sector? NO, de ahí la respuesta inicial de que el Tercer sector no quiere cambiar el modelo.

La condición humana, es mucha condición...

Sálvese quien pueda, en lo moral, digo.

Fdo: Un condenado.